sábado, 23 de abril de 2011

Mentiras.

Siempre habrá más de una opción: o seguir hacia delante, o seguir hacia delante con una mentira.
Ya sabes lo que dicen, nunca digas una mentira que no puedas demostrar, ser ni durar.
Y es que nos pasamos la mitad de nuestra vida engañándonos a nosotros mismos, a nuestra pareja, a nuestra familia...¿Y para qué? Para mantenernos ocupados, para no ser quienes somos.
También dicen que cuando encuentras a esa persona y lo sabes, eres tú realmente; pero sabes que no es así. Siempre le dirás alguna que otra mentira, inocente o descarada, piadosa o premeditada.
Aún nos queda ese miedo a ser descubiertos, a hacerles daño, asi que...¿qué mejor que contar la verdad? Nada. Así que decimos hacerlo, mitad obligados, mitad arrepentidos.
Y cuando lo hacemos, no podemos evitar sonreir y no precisamente por un buen acto cumplido; sino porque en el fondo querríamos decir un "sí, me estoy riendo de tí y me gusta". Más que nada porque sufrimos por ser engañados, manipulados y quizás hasta humillados y ahí es cuando tu cabeza te grita: "Si las ranas pudiesen volar, no se dejarían el culo saltando".

martes, 5 de abril de 2011

Sobretodo.

Por mucho que sepas que todo irá genial, perfecto en su medida, nunca te acostumbrarás.
Es todo lo que deseas.
Y es lo único que necesitas al final del día, la sensación de derrumbamiento sobre el pilar.
Y sin embargo, a pesar de todo, no quieres que permanezca nada de eso. Sólo quieres llevarlo lejos, ¿para qué?, para no enfrentarte a su profundidad. Quizás por miedo, quien sabe. Quizás por remordimientos, lo más probable. Seguramente por egoísmo.
Esa excusa está muy vista, despierta, que el mundo no está hecho de caramelo y chocolate; no te lo vas a comer, así que cómete la cabeza. Más que suficiente.
Si no me quedé las otras veces...quizás aún no sea la hora para que ocurra por primera vez. Déjalo, porque...¿sabes una cosa? Todos odiamos levantarnos después de caernos por una sencilla razón, nos manchamos las manos al apoyarnos en el frío suelo. Enfadarte mil millones de veces por las meteduras de pata que, si no son suyas, serán de alguién más, por supuesto.
Pierdes el control te lo aseguro, así que déjate llevar, mira hacia ambos lados y ahora sí que sí, cruza la línea que te saltastes por motivos estúpidos e incapacitados...que ni tú eres perfecto ni yo juez.